miércoles, 16 de marzo de 2011

El último Emperador de China.



Es la historia de Puyi, el último emperador de China, que subió al trono a los tres años y fue adorado por 500 millones de personas como divinidad. Gobernó en la Ciudad Prohibida, hasta que las fuerzas republicanas, que querían abolir la corte imperial, lo encerraron entre sus murallas. Finalmente abdicó y se convirtió durante un tiempo en un títere de las fuerzas de ocupación japonesas en  Manchuria. Después llegó la revolución comunista y fue encarcelado para "limpiar" su mente de todo pensamiento capitalista. En los últimos años de su vida fue jardinero en el parque botánico de Pekín y llevó una vida como un hombre cualquiera en su país, siendo testigo del culto a Mao y de la Revolución Cultural.

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